Autoaceptación
Lograr establecer un nuevo estilo de vida saludable requiere como primer paso, aprender a aceptar tu cuerpo.
Condicionados por cánones impuestos, la relación con el cuerpo se ha distorsionado. Desde una perspectiva que busca un ideal - irreal, vivimos sometidos a la dictadura de la dieta, la insatisfacción y la lucha continua contra lo que es único, especial e irrepetible. Por desgracia la presión social que se ejerce a favor de la delgadez y en contra del sobrepeso es una de las dificultades más importantes para conseguir la pérdida de peso. Estar delgado o estar obeso provoca estar en uno u otro estereotipo. Por ejemplo si se es delgado se relaciona a la persona con éxito, atractivo, control, etc, mientras que por otro lado, tener sobrepeso u obesidad, significaría falta de atractivo, impopularidad, falta de éxito, descontrol, falta de voluntad y pereza.
La dificultad para entender el significado de peso y cuerpo ideal juntamente con lo explicado anteriormente complica enormemente la aceptación del propio cuerpo.
Años atrás, el ideal femenino era un cuerpo redondeado y con volumen porqué un cuerpo así indicaba estatus y poder. Actualmente, al contrario, estar delgado se considera caro, costoso y difícil de mantener. Ésta es una de las razones de porqué en el presente se ha elegido la delgadez como icono de belleza. Y por si fuera poco, el ideal de belleza no afecta por igual a hombres y mujeres. La presión que se ejerce en las mujeres es muy superior, mientras que en los hombres no es tan importante.
Perseguir un cuerpo imposible tiene un responsable: la sociedad. "Los cánones de belleza se imponen culturalmente, no son mundiales. Aunque sí es cierto que los de occidente y oriente están más establecidos. Lo que hacemos es intentar responder a ellos desde la adolescencia, para ser iguales" a esos estereotipos y cánones sociales.
Por ello quizá este es el momento en que requieres en lugar de focalizar tus buenos propósitos en adelgazar, reducir grasa de aquí o allá o en disimular ciertos rasgos, te fijes como objetivo prioritario en la hacer las paces con tu cuerpo y celebres la singularidad de tu fisionomía, rompas con las creencias limitantes y te ames desbordadamente. Para ello elaboraremos un plan de acción que promueva esta sinergia:
Paso 1. Combina la autoaceptación con un plan de acción, amable y saludable para ti.
Reflexiona en esto, la poca efectividad de vivir sometido a una dieta que genera insatisfacción y desasosiego, o las consecuencias de intentar llenar vacíos emocionales con la comida utilizándola como vía de escape. Y es que los alimentos prohibidos generan deseos de consumo en algún momento y estos deseos reprimidos, es muy posible que terminen en un atracón y en el abandono del objetivo, por un sentimiento de culpa o incapacidad.
En cambio cuando se abraza la aceptación personal y se combina con la instauración de hábitos de vida saludables como una alimentación equilibrada y un programa de ejercicio físico, es más fácil alcanzar el objetivo.
Se trata de comer saludable, pero no imponerte dietas restrictivas ni desagradables, ni de que el sentimiento de culpa te fuerce a comer cosas que no te gustan.
Paso 2: Aumenta la autocompasión.
Habitualmente somos más duros con nosotros mismos que con cualquier otra persona y allí es donde comienza el enfrentamiento con el cuerpo. Sin embargo, la mayor o menor aceptación depende del equilibrio emocional o de las circunstancias personales. La valoración que hacemos de nuestra imagen es totalmente subjetiva y depende, en gran medida, del estado de ánimo. Además, la comparación con el estándar ideal que promueve la sociedad puede ser fuente continua de frustración.
Esta insatisfacción se instala en la persona que no asume su propia figura. Es algo que incluso se proyecta en los demás, dando por hecho que como hay un rechazo hacia la propia imagen, los otros sentirán lo mismo. Pero esto trae como consecuencia un efecto negativo, pues al tratarnos con juicio, castigo y vergüenza nos sentimos menos motivados para cuidarnos nosotros mismos, así que en lugar de juzgarnos tan duramente lo que deberíamos es tratarnos con más compasión, como hacemos con los amigos cometen un error y les animamos a intentarlo de nuevo.
Paso 3: Pon en evidencia tus prejuicios
Aunque pienses que no tienes prejuicios respecto a los cuerpos "grandes", la investigación muestra que el "sesgo implícito" (creencias y actitudes subyacentes que suelen ser totalmente subconscientes) contra las personas obesas es abrumadora. Si hay una parte de ti que piensa que los cuerpos con kilos extras son sinónimo de falta de fuerza de voluntad, son poco atractivos e insalubres, seguramente tenderás a juzgarte de la misma forma. Mañana trabajaremos al respecto.

Paso 4. Muevete gustosamente.
Si no te gusta el gimnasio, no tienes por qué torturarte con él. Abre tu mente y prueba nuevas actividades cada mes: hula hop, yoga de la risa, baile, flamenco, recogida de basuraleza... Existen mil formas de hacer ejercicio que no implican entrar en una sala de pesas.
La salud implica factores tanto físicos como emocionales. Las personas con sobrepeso, como todos, deben buscar la propia aceptación, pero sin ignorar aspectos de la salud física que son igualmente importantes.
Paso 5: Cuerpos como el tuyo solo hay uno. QUIERELO.
No solo es posible aceptar el cuerpo tal cual es, también es algo necesario. Y es que no hay un cuerpo perfecto o uno delgado que, solo por eso, sea bello o sano. El cuerpo puede tener mil formas y estar sano. Pero la cuestión no es solo aceptarlo, además, hay que quererlo. Es el que nos permite la vida y estar en el mundo, caminar, tocar las cosas, vivirlas, sentirlas y disfrutarlas. No existe un cuerpo separado de la mente, es un todo.
Para ello, rompe con los estereotipos, tu cuerpo no tiene que ser de una manera determinada para ser valorado. Comienza por familiarizarte con afirmaciones del tipo: "Mi cuerpo es como es y lo acepto y lo quiero porque forma parte de mí, porque soy yo".
También una vez a la semana por estas cuatro semanas, "Juega a ser imperfecto, haz algo que esté mal. ¿Por qué? Porque muchas de las personas que se obsesionan con las dietas, la comida y el peso corporal pecan de perfeccionistas, y confrontarse y exponerse al fracaso es una forma de disminuir el miedo a él, e incluso de superarlo.
¿Te atreves al cambio?